sábado, 25 de abril de 2015

BERNARDO MAJOURNAL UN HOMBRE QUE NOS ENSEÑO CON EL EJEMPLO

Probablemente para mis paisanos y para quienes compartimos vida junto a este gran hombre de mirada fija, abundante carisma y constructor de realidades soñados, sería una pecado no llamarlo Padre; de hecho, no se equivocan, es el padre ejemplar que decenas, cientos de personas tuvimos en él, padre no sólo en el sentido católico cristiano, sino fue y será el padre que muchas mujeres, hombres, ancianos, jóvenes y niños en él encontramos. Nos enseñó a ser cazadores de nuestros sueños, a luchar por lo que queremos, aprender a beber el agua de nuestro propio pozo, en fin a construir nuestro paraíso aquí junto a nuestra pachamama, junto a nuestros apus, con nuestras fiestas, nuestras danzas, nuestra cultura, nuestro idioma.

Tres jóvenes franceses tomaron la decisión más importante de su vida, como seguramente en este momento otros hacen lo mismo, hacerse sacerdotes y ponerse al servicio del hombre fuera de Francia o quedarse en Francia y no ser curas. Se hicieron sacerdotes y llegaron lo más lejos que pudieron, por encima del nivel del Mont Blanc (Monte blanco el apu de los franceses que esta sobre los 4,800 msnm); Bernardo, llegó hasta nuestra tierra, atravesó nuestra apacheta de Oqepuño que supera los 5,000 msnm, caminó por las faldas de nuestro apu Allinccapa (5,877 msnm), subió al Chichi Ccapac que está sobre los 5,614 msnm, recorrió las tierras de Carabaya probablemente más kilómetros que los mismos carabainos: Ayapa, Ituata, Tantamaco, Corani, Ollachea, Sangaban, las alturas de Chimboya, Qelccaya, cruzó a caballo el apu Quelccaya que supera los 5,650 msnm. Un hombre alpino, amante de las montañas, amante del calor humano sobre las gélidas tierras andinas, un hombre siempre dispuesto para escucharnos: “alé”, “un cafecito”, “imaynalla cashanky”, “alé jóvenes a trabajar” y tantas otras palabras de aliento.

Hoy mi admiración cruza mares, ríos y montañas, no sólo enseñó en tierras lejanas a la suya, también en estos lares formó hombres y mujeres que siguen su ejemplo con ese amor profundo por el prójimo y con sabiduría, conocimiento de los grandes pueblos que aprendieron de su historia, para contribuir en la construcción de un mundo de justicia, de igualdad, de respeto a los derechos fundamentales, de un mundo de equilibrio. Estuve con ellos hace unos días, con la asociación K´antuta, la asociación Canchis-Gavot, en el pueblo del padre, asociación que fundo para enlazar pueblos e historias. Mosoq Runa, la radio Allin Ccapa, y otros sólo son alguno de los proyectos que apoyan esta asociación. Desde siempre quise estar con ellos para hacerles llegar mi agradecimiento por la oportunidad que nos dio y la sigue dando a nuestro pueblo.

Nos toca a los macusaneños honrar el legado de nuestro padre Bernardo, porque tras de este sueño hay sueños de decenas de personas, nos toca seguir construyendo con honestidad, trabajo, esfuerzo, con lealtad a nuestro pueblo, a nuestra cultura, con mucho amor y sabiduría, desde el lugar donde estemos.

Bernardo Majournal, vive en nosotros, sus enseñanzas laten amores, por él comprendo que la iglesia no es un instrumento de control social, ni es el  tentáculo de una doctrina, sino iglesia eres tú, iglesia son ustedes, iglesia somos todos; la iglesia es aquel espacio de transformación social, aquel espacio donde el interés de uno comulga con el de los demás, iglesia somos todos.

Gracias a la asociación K´antuta, a la asociación Canchis-Gavot por haberme permitido estar con ustedes, sé que las palabras vertidas en este corto escrito son insuficientes para plasmar todo cuanto nos enseñó Bernardo Majournal, por ello me disculpo.
                                                                                                                   
                                                                                         Salamanca, abril del 2015


CCOA MAMANI, Vidal.