Cada
uno, funcionarios públicos y personas privadas, tenemos que hacer el esfuerzo
por comprender que hay un objetivo mayor por alcanzar: la convivencia pacífica,
y ello requiere del respeto a principios elementales de convivencia.
A noche, después de una
breve conversación entre coterráneos sobre la importantísima coyuntura por la
que atraviesa nuestro país, pregunté ¿cómo estaba el barómetro de nuestros llaqtamasi?,
después de haberse puesto en evidencia la perversa artimaña de los corruptos
que tienen capturado algunas instituciones de nuestro país, me refiero al fuji-aprismo
que tiene mayoría absoluta en el Congreso y que desde allí se maquina para intentar
controlar otras instituciones; la respuesta fue, como no podía ser de otra
manera: “contundente, indignados, con los
ánimos caldeados”.
Desde luego, la
indignación es lo que corresponde, y sobre todo exigir a los competentes rápida
solución para evitar caer en la resignación, el resentimiento que
peligrosamente puede conducir al odio.
Entonces me quedé pensativo
sobre algunas voces soterradas y direccionadas que van circulando en las redes
sociales y que contribuyen a fines claros de impedir o al menos dilatar la
respuesta rápida y focalizada que se debe dar. Para ello recurren al desacredito,
satanizan, desprestigian, entre otras cosas catalogan de: “los caviares quieren
volver a tomar el poder”, “los rojos resentidos”, etc., panfletos que no tienen
nada de seriedad ni sustento, que lo único que quieren conseguir en la sociedad
es crear confusión, estos medios afines a los corruptos fuji-apristas que tienen
como aliados a miembros del Consejo Nacional de la Magistratura donde se elige
y ratifican jueces y fiscales, individuos que resuelven investigar y sancionar
a delincuentes envueltos en narcotráfico, homicidios, violación de menores, o
que, de no haberlos puesto en evidencia, habrían resuelto la suerte de los procesos
penales en contra de sus líderes (la señora “K” y el señor “AG”) etc., éstos
panfletos de propaganda, buscan direccionar la opinión publica hacia el caos generalizado,
donde “todo está podrido”, entremezclan corruptos y gente honesta (que sin
ninguna duda los hay en las instituciones públicas, porque de no haberlo, esta
información de los negociados descarados hoy el pueblo no habría podido corroborar).
Estos panfletos que circulan por la red, también es apoyado por jueces o
exjueces amigo del fujimorismo de público conocimiento; lo único que buscan esos
medios de “desinformación” es confundir a la población, una vez desorientado la
población finalmente no sepa qué exigir ni por dónde empezar, y con ello harían
alarde los corruptos de aquella frase que resume la tinterillada: “si no los
convences, al menos confúndelos”.
Creo que ello no es bueno
para nada, ni para nadie, porque cuando se cree que todo este mal, a la vez
nada esta mal, el totalizar, el generalizar, no nos lleva a ningún lado, nos
pasamos años, décadas, siglos, intentando cambiar, sin saber siquiera por dónde
empezar, porque “todo está mal”. Este escenario les conviene a los viejos partidos
y aliados que hicieron de la corrupción su instrumento para mantenerse en el
poder.
Quiero decir que, empezar
a identificar el problema es imprescindible para cambiar, para mejorar o curar,
si no pregúnteselo a los médicos, a modo de ejemplificar, porque el “Estado – sociedad”
es un sistema, como el cuerpo humano lo es también, y un sistema tiene
subsistemas, y éstos sus partes; así como el médico para prescribir un
tratamiento lo primero que hace es someter al paciente a un estudio general, en
seguida identifica el problema, luego le receta el medicamento pertinente, para
finalmente sanarlo. En cuanto a nuestro país creo que ya tenemos identificado
que la causa de todos los males en nuestra sociedad es la corrupción, y con
estos audios, las evidencias son mayores, porque ahora tenemos identificado indubitablemente
a los corruptos, aquellos que dicen que “la plata llega sola” o “estoy pensando
pedirle diez verdecitos”, son viejos partidos políticos y personas con nombres
y apellidos; ahora corresponde, como a un buen médico, a nuestra sociedad, sancionarlos
ejemplarmente a estos parásitos corruptos y que devuelvan los bienes que a
todos nos pertenece. Y, por otro lado, nuestra sociedad debe premiar a los
buenos, respaldando al periodismo serio que investiga, a los jueces honestos y
esforzados como al Juez del Callao que autorizó la interceptación telefónica, o
a mujeres valientes como la Fiscal que dispuso investigar el crimen organizado
y que ha permitido estos audios, o a los periodistas valientes de IDL, y otros.
Identificar el mal,
extirpar el tumor - corrupción, es lo saludable para construir una sociedad
donde todos vivamos en igualdad de condiciones, donde todos respeten los
acuerdos de convivencia, donde se haga lo que la mayoría decide pero que sea
fruto de la discusión fundamentada, de lo contrario, la sola mayoría absoluta o
numeraria no es garantía de una democracia para todos. Por ello, no caigamos en
el juego de los manipuladores, de quienes quieren desviar la atención sobre
partidos, políticos, jueces y fiscales con nombre y apellidos porque “todo esta
mal” que “todos son corruptos”, “los caviares” “los rojos”... ¡No!, no perdamos
de vista a los corruptos, ataquemos el problema individualizándolos.
Mañana 19, habrá una marcha
nacional contra los corruptos, hagamos de que sea enérgica y exigir sin demoras
los cambios.
18 de julio de
2018
CCOA
MAMANI, Vidal